Lentes graduados en Tianguis

La venta de lentes sin recetas para quienes sufren presbicia (vista cansada) puede producir serias consecuencias a la vista. Los especialistas sostenemos que comprar lentes sin receta es perjudicial para la salud porque se pasan por alto patologías incipientes que puedan afectar la visión. La persona puede comprar un lente con la adición para presbicia, pero aun así puede seguir teniendo una visión inconfortable.

Otro defecto refractivo que el paciente pueda padecer es el astigmatismo, que produce una visión borrosa, lagrimeo y mareos. Estos lentes además de no considerar la ametropía de base del paciente, tampoco consideran su distancia interpupilar, que es esencial para obtener un lente bien adaptado.

Es muy importante que acuda con un especialista para la obtención de sus lentes ya sea de visión lejana o cercana, ya que muchas veces la disminución de visión es a razón de otras patologías. El uso de lentes para vista cansada sin prescripción, están contraindicados, ya que además de que tienen una sola graduación, es como utilizar una lupa, lo que incrementa el riesgo de empeorar el problema visual, esto causa dolor de cabeza, cansancio, náuseas y fatiga ocular.

Cada uno tiene una graduación diferente, y dependiendo de sus alteraciones, será el tipo de lente que requiere. Los problemas para ver de lejos, que sería la miopía, la hipermetropía que es la dificultad para ver de cerca, el astigmatismo, visión borrosa y finalmente la presbicia, que es una alteración inevitable del proceso de envejecimiento del ser humano.

El problema de los lentes sin prescripción es que, aunque el paciente logre ver bien por un tiempo, no recibe un examen que ayude a detectar enfermedades más graves, como por ejemplo el glaucoma. Las personas de la tercera edad son más propensas a desarrollar enfermedades visuales severas, por lo que es importante someterse a controles de especialistas.

Es común encontrar diversos modelos de anteojos y obtenerlos fácilmente sin la necesidad de contar con una prescripción, por ejemplo se pueden encontrar en los tianguis donde venden cosas usadas, en las famosas “chacharas”, lentes graduados de personas que los han dejado de usar por diversas razones, ya sean de familiares o vecinos fallecidos, o de personas que los han dejado por cambio de modelo o graduación y se pueden conseguir hasta por $10 pesos o menos. Estos lentes, por su graduación inadecuada, pueden ocasionar dolor de cabeza, fatiga ocular y ojos llorosos. Al no asistir a consulta con un especialista, no puede detectarse la presencia de alguna posible afección severa en la visión.