La mala ortografía, o la dificultad para leer suelen ser consecuencia de problemas de enfoque o de percepción, muy difíciles de detectar sin ayuda médica. Los niños que necesitan usar lentes y no las usan acaban por tener una visión distorsionada del mundo.
Observe si niño se acerca demasiado para ver la televisión, se queja de ojos cansados, comprime los ojos para ver algo que está alejado, tiene dificultad para correr, se tropieza o presenta excesivo lagrimeo y escozor en los ojos. Falta de atención, la dificultad de leer a distancia, la pérdida de interés por la lectura y los estudios, la lectura lenta, las líneas saltadas o releídas, los giros extraños de las palabras, la incapacidad de recordar lo que ha leído, la cara muy cerca al leer o escribir, y la fatiga constante, nerviosismo, irritabilidad, u otro comportamiento anormal.
Los niños que sufren miopía se caracterizan por no ver correctamente los objetos que se encuentran lejos. Los síntomas pueden ser confundidos con trastornos como la dislexia, ya que muchos niños, por no conseguir ver bien, pueden cambiar, al copiar de una pizarra, letras como la “p” con la “q”, o la “d” con la “b”. Ambliopía u ojo vago, consiste en la pérdida parcial de la visión en uno o en los dos ojos de un niño que no puede ser corregida con lentes. Puede corregirse cuando se detecta y se trata antes de los 7 años. Si no se procede antes de esa edad puede conllevar una gran pérdida de visión del ojo afectado, dado que éste no se desarrolla adecuadamente y, poco a poco, va dejando de trabajar, de estimularse, con lo que acaba perdiendo capacidad de visión.
Las capacidades de los niños disminuyen por las deficiencias visuales, causando un retraso en el proceso de aprendizaje. Los niños con dificultades visuales pueden mostrar síntomas desde la edad pre-escolar (3-5 años) como son el acercarse al televisor o aproximarse los objetos para verlos bien, la desviación de un ojo, parpadear o guiñar frecuentemente los ojos, torcer la cabeza o cerrar un ojo cuando se fijan en algo, frotarse los ojos, salirse de los espacios al colorear, y en definitiva mostrar escasa atención a las tareas y actividades visuales.
Podemos observar que tuercen la cabeza y adoptan posturas retorcidas para leer, saltan de reglón con facilidad o necesitan seguir el texto con el dedo, omiten palabras o letras, tienen mala letra y todo esto les causa una dificultad en la velocidad de lecto-escritura y una mala comprensión de lo leído. Se quejan de dolores de cabeza y fatiga visual, se levantan frecuentemente para ver bien la pizarra y terminan presentando un bajo rendimiento escolar e incluso un mal comportamiento en la clase.
Cuando el rendimiento escolar del niño es bajo y/o los padres y educadores notan síntomas y comportamientos que podrían estar causados por la falta de visión hay que acudir al optometrista. Los afectados de hipermetropía tienen una percepción borrosa de los objetos cercanos y ven mejor de lejos. Es habitual que los niños, al forzar la vista, presenten dolor de ojos o de cabeza, lagrimeo y parpadeo frecuente. Generalmente, prefieren jugar al aire libre.
Los problemas de aprendizaje como la falta de comprensión en las tareas y en la lectura de libros es una consecuencia de la falta de lentes en los menores que los lleva a tener bajas calificaciones durante su niñez, este es el caso del astigmatismo que provoca una vista cansada, no distinguen la forma de las letras tanto en distancias lejanas como al leer de cerca, y ocasiona estrés en los ojos ya que las imágenes no se distinguen con claridad.
Los únicos responsables de la visión correcta de los menores somos los padres o tutores, ya que los niños no pueden comprender con palabras lo que es ver bien o mal, ya que siempre han visto de la misma forma y no pueden diferenciarlo. Como siempre lo mejor es prevenir, y próximamente estaremos redactando una nota informativa sobre desde que edad podemos llevar a los pequeños a una revisión profesional de la Vista.